Quedan pocos días para visitar la retrospectiva Poblete 100 Años: Estructura y Destructuración, que celebra el centenario del artista nacional Gustavo Poblete (Curicó, 1915) en el Museo Nacional de Bellas Artes. Son 76 piezas las que ocupan la Sala Matta del recinto del Parque Forestal, las que recorren la obra del pionero del arte constructivo en Chile, fallecido en 2005, desde la década del ’50 hasta sus últimos años.
Poblete se formó como artista y arquitecto en la Universidad de Chile, donde posteriormente ejerció como docente. Es esa formación la que da eje a su creación, una vez que decide apartarse del realismo en los años ’50, entrando en la geometrización y el constructivismo.


En 1955 fundó el Grupo de Arte Moderno Rectángulo junto a Ramón Vergara Grez, Waldo Vila y el poeta Carlos Droguett, al que perteneció, entre otros, la maestra del arte óptico y cinético chileno, Matilde Pérez. A partir de la abstracción, el movimiento buscaba terminar con el vínculo entre el trabajo artístico y la realidad. Más tarde, esto se profundizó junto al Movimiento Forma y Espacio en 1965, en donde buscaron llegar hasta el carácter más conceptual del arte.
Poblete: 100 Años divide su trabajo en dos etapas, como el nombre de la exhibición lo anticipa: la estructura, en donde se cuela hacia la investigación y creación en torno a la geometría y la arquitectura; y la “destructuración”, vocablo creado por el mismo Poblete, en la que rompe con el orden que se había autoimpuesto, comenzado, como lo es en la deconstrucción, a desarmar y rearmar las estructuras que anteriormente había creado a partir de esta abstracción de las formas, quebrando aún más el vínculo con la realidad.


La muestra consta, además, despliega las distintas técnicas con las que Poblete trabajó a lo largo de su carrera, como lo señala su curador, su hijo y también arquitecto Gustavo Poblete Bustamante: “Su capacidad investigativa lo trasladó por técnicas variadas como la serigrafía, él óleo sobre tela y madera, elementos pegados sobre papel, pastel, dibujo a mano alzada, aguatinta, acrílico, metal y el trabajo digital en sus últimos tiempos”. En cuanto a los estilos desarrollados por su padre, el curador dice que el artista “en sesenta años de producción plástica experimentó variados estilos, como el realismo, abstracción geométrica, arte concreto, el cinetismo, instalaciones, la deconstrucción, el video, entre otros”.


Poblete: 100 Años, Estructura y Destructuración resulta ser un gran homenaje para la vida y obra del multifacético artista, y un gran estímulo para los sentidos de quienes visitan. Así como Matilde Pérez dijo que consideraba sus creaciones como “películas cinéticas que sugieren un viaje físico, pero también espiritual”, las obras de Gustavo Poblete suponen una suspensión del equilibrio a través del desequilibrio, el instante preciso en el que todo comienza a desarmarse -destructurarse- suspendido en el tiempo y espacio. Fascinantes resultan sus estructuras que flotan en medio de la sala, queriendo infinitamente armar una forma (como Estructura Fusionada n°2, de 2003), y muy llamativo resulta su Pilar Kinético (1985, reconstruido por Gaad Baytelman).


Poblete: 100 Años, Estructura y Destructuración es presentada por el Museo Nacional de Bellas Artes y la Fundación Gustavo Poblete, y se encuentra abierta a público hasta el próximo domingo 25 de septiembre.
Poblete: 100 Años, Estructura y Destructuración, de Gustavo Poblete
Del 8 de julio al 25 de septiembre de 2016.
Museo Nacional de Bellas Artes
José Miguel de la Barra 650, Santiago.
De martes a domingo, de 10 a 18.45hrs.
Entrada liberada.
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